Claudia miraba hipnotizada la cucharilla rebosante de veneno que oscilaba entre la muse y la compota. El día anterior había vuelto a la consulta del medico,donde hacia dos años atrás Esteban y ella habían recibido el demoledor pronostico,una enfermedad, de las llamadas” raras”, iría diezmando las funciones vitales de su marido hasta convertirlo en un dependiente total,confinado a una silla de ruedas.
Ahora quería saber cuanto tiempo de vida le quedaba a su marido
La respuesta del medico,”pueden ser meses,un año o quizás dos”fue determinante para tomar su decisión. De regreso a casa Claudia sentía que su mundo había estallado en mil pedazos y que la vida le jugaba una mala pasada. Se preguntaba como era posible que eso les estuviera pasando a ellos.
El, un pujante empresario de treinta y cinco años,su empresa de alarmas y vídeo vigilancia era la numero uno en el rubro. Ella una diseñadora de renombre,su nombre sonaba con fuerza para el cargo de directora de la empresa de modas donde trabajaba.
No es justo ,no es justo, se repetía Claudia una y otra vez, mientras la ira y la frustración la cegaban. En que se ha convertido mi vida,en una pesadilla de tubos ,cables y sondas,en un llevar y traer la silla de ruedas de un lado a otro de la casa,no es justo ,esto se tiene que terminarse.
Ya había estado probando,en pequeñas dosis,mezclado con los zumos,en las cremas,esa noche la dosis no seria pequeña, tampoco una prueba.
¿Donde estuviste? Por que tardaste tanto?Las preguntas de Esteban ,el acoso a la que la sometía,pronto se acabaría todo eso. Claudia se sentó en el suelo,a los pies de Esteban,sus piernas flácidas y deformadas,sus manos inertes le causaban repulsión. Haciendo un esfuerzo lo miro a los ojos y le sonrió,es que te estoy preparando una sorpresa para esta noche le respondió. Estoy yo para sorpresas fue la lacónica respuesta de Esteban .Ya veras, pasaremos una noche maravillosa,tu y yo olvidaremos los problemas.
Por la noche, después de bañarlo y vestirle con esmero lo llevo al salón. La mesa lucia intima y acogedora a la luz de las velas. El vestido de Claudia a juego con las rosas rojas en la mesa. Esta noche estas diferente le dijo Esteban, mientras sus ojos buscaban la huidiza mirada de Claudia y un amago de sonrisa cruzaba su cara.
La cena transcurrió en un ambiente distendido y cuando Claudia comenzó a recoger la mesa Esteban quiso agradecerle . Aun falta el postre le dijo Claudia dirigiéndose a la cocina.
Claudia, por que te demoras? La voz de Esteban la volvió la realidad.” -Ya voy,¿” dime cariño, de
postre que prefieres” ? ¿”,muse o compota”.?
De postre… solo el veneno, fue la respuesta de Esteban. Las piernas de Claudia se aflojaron, comenzó a caer y en su caída las vio , el producto estrella de la empresa de vídeo vigilancia de Esteban,dos pequeñísimas cámaras disimuladas en el estante mas alto de la cocina.