Humo, desolación, radiación, apocalipsis. Nada que objetar, según se venían desarrollado las cosas durante los últimos años. A un ritmo vertiginoso.
Los seres venidos de otro mundo contemplan asolados el planeta otrora azul, en su idioma de ultrasonidos y frecuencias de radio de banda estrecha, desde la cómoda escotilla de la nave interestelar y en una órbita desde la cual poder estar alejados de las radiaciones. Benditas radiaciones.
Las cosas marchaban bien en el planeta ovalado: los grandes yacimientos de litio estaban bajo el control de la nodriza, aquella senadora boliviana facilitaba mucho las cosas; de hecho, muchos pensaban que era una de los nuestros, otro agente infiltrado. Sin querer ser discriminatorio, incluso sus rasgos parecían más propios de nuestra galaxia que de la Vía Láctea. Pero todo se aceleró en aquel comienzo del año de elecciones presidenciales: un cortocircuito desde la nave nodriza transmitió instrucciones erróneas demasiado arriesgadas en términos probabilísticos y, por supuesto, totalmente desaconsejables en cuestión de riesgo/recompensa. Lo que los humanos llaman una verdadera chapuza, vaya.
Los códigos enviados hicieron que las decisiones del pelele fueran totalmente ajenas al objetivo de controlar los suministros de litio del planeta, aunque el individuo ya venía avisando desde hace tiempo: ese afán por pelearse con el resto de naciones, de querer tener hegemonía comercial, eso no estaba en los planes de programación de la nodriza; pero bueno, le dejaron hacer. Parecía un fanfarrón que , en el fondo, nunca llegaba a superar las líneas rojas. Pero el asesinato de aquel líder iraní, en territorio iraquí...en qué cabeza cabal, humana o extraterrestre, podía entrar una idea así, tan suicida...lo que vino después, ya es historia: venganzas, contraataques, guerra abierta...y un trágico desenlace, algo que nadie esperaba: Corea del Norte aliándose con el resto de potencias nucleares, hasta conseguir aniquilar, en una conflagración suicida, no sólo territorio norteamericano sino todo el hábitat completo. Una raza extinguida, una más, pero...y nuestro litio?
-Ya os dije que no debíamos elegir un Presidente de Estados Unidos rubio, podríamos haber controlado mucho mejor el planeta con alguien de piel más oscura, a la larga demuestran ser más inteligentes y con menos arrebatos de locura. Un error estratégico, ahora a buscar otro planeta al cual esquilmar el litio. Siempre igual....