Ventana
Miró por la ventana las nubes grises que invadían los techos, y las primeras gotas estrellándose en el asfalto. Otoño, pensó. Oyó la puerta y por el reflejo del vidrio lo vio. Tenía un nylon que le cubría todo el cuerpo y bolsas de supermercado en cada pie. Sonrió al descubrirlo ridículo y temeroso.
− Parece que no querías mojarte − le dijo.
− No. Es para tu sangre − respondió.