TU TIENES EL PODER
-Antes de empezar el relato, voy a pedirte que cierres los ojos y pienses en la persona hacia la que más ODIO y RABIA tengas. Cuando pronuncies su nombre vas a imaginar que te mira fijamente y te sonríe.
-He dicho que cierres los ojos! YA!
Te despiertas en el suelo, estas en el bosque, es oscuro. No reconoces el lugar, sientes frio, hambre y un terrible dolor de cabeza. Al ponerte la mano en la frente descubres que tienes un fuerte golpe y que estas sangrando. No comprendes nada, no recuerdas que haces en el bosque y porque sangras.
Miras fijamente a tu alrededor para ver si puedes reconocer algo. Todo lo que ves a tu alrededor son arboles.
-Espera vuelve a girar la cabeza hacia la izquierda!, si, ahí exacto, ahí hay una luz. Creo que deberías seguirla.
Empiezas andar en esa dirección, ves que hay un camino estrecho, lo sigues. Apenas puedes distinguir tus pies en el suelo, solo te alumbra la pequeña luz del camino. ç
Mientras estas pensando en que podría ser la luz, empiezas a escuchar unos pasos detrás de ti. Estas entrando en pánico, CORRES! Las ramas te van arañando, cada vez te cuesta más mantener el aliento, te tropiezas y caes al suelo. Sigues.
-ESPERA! No te has fijado, retrocede 5 pasos y mira al suelo.
En el suelo hay un cuchillo, lo coges, no sabes si en algún momento podrías usarlo.
Al parar te das cuenta que ya no oyes pasos, probablemente haya sido tu imaginación. La luz está muy cerca. Ya casi has llegado.
Aunque tú vista esta nublada por el golpe en la cabeza, distingues una caseta de montaña, es de ahí de donde proviene la luz. Llamas a la puerta, esperas unos segundos y vuelves a llamar. Nada, no hay nadie.
-Debes entrar, buscar un teléfono y pedir ayuda! La puerta está abierta, pasa!
Entras, lo primero que te llama atención es la mesa puesta para cenar, también suena una agradable música de fondo que proviene de un tocadiscos. Todo está preparado para tener una romántica noche. Aquella melodía te es muy familiar.
Después de quedarte unos segundos pensado empiezas a recordarlo todo… Sientes rabia y odio!
-Ves a la cocina!
En la cocina hay alguien, te está mirando fijamente. Sabes perfectamente quien es, reconoces esa mirada. Ahora te sonríe. Con sus ojos y su boca te esta suplicando piedad, pero tú sabes perfectamente que debes hacer.
- ACTUA!!
Le clavas el cuchillo varias veces, nunca te había resultado tan fácil y placentero. Su piel es blanda y su sangre espesa.
Mientras escuchas sus gritos, disfrutas.
-Recuérdalo siempre; tú tienes el poder!
-FIN-
Si cuando estabas matando no has pensado en la persona que más odias, jamás entenderás este relato.