Hoy es el día, hoy acabo con esta pesadilla de una vez por todas. ¿Cuánto hace que salen esos ruidos del sótano?, ¿dos meses?, por lo menos dos meses sin dormir bien, al final me volveré loco. Tengo esa maldita risita perversa en la cabeza todo el día, no puedo pensar en otra cosa, y los golpes, y las cosas que se caen. ¡No!, se acabó. ¿Todo listo?
No sé por qué me vine a vivir a esta casa dejada de la mano de Dios. ¡La mejor oferta!, no me extraña, se cae a trozos. Todo de madera vieja, el sistema eléctrico destrozado, las cañerías podridas, y lo peor de todo, esa endiablada criatura del sótano.
Vale… escopeta, linterna, voy para allá. Sólo el rechinar de esta mugrienta puerta ya me da escalofríos, ¿hace cuánto que no baja nadie por aquí? ¡Dios mío!, espero que esto sea una buena idea.
Los peldaños crujen conforme los piso, pareciese que se fueran a caer a cachos. ¿Cómo puede ser que esté tan oscuro?, esta maldita linterna no alumbra nada bien, tendría que haber comprado pilas nuevas.
Seis peldaños, siete, se me está acelerando el corazón... tranquilízate. Todavía no se distingue el suelo, solo veo bultos. ¿Qué es eso?, ¡nada!, sigue andando.
Ocho, nueve, ¡no! ¿Eso son ojos? Madre mía... son ojos, ¡esas lucecitas son ojos mirándome! Calma… tendría que haber comprado pilas, esta linterna apenas alumbra, acércate despacio.
Diez, once, esos terribles puntos blancos siguen allí, clavados en mí, no pestañean. Cada vez se distinguen mejor, ¿qué diablos será eso?, no sé, pero está claro que me está vigilando.
Doce, ¿qué ha sido ese ruido?, ese sonido, el sonido que tantas veces oigo, la risita perversa, ¡a tu izquierda! Maldita linterna, espera, ¿eso son otro par de ojos mirándome? Santa madre bendita…
Voy a daros caza, no podréis conmigo, ¿pensáis que me dais miedo? Yo soy el que debería daros miedo, yo soy el depredador y vosotros las presas, ¡vosotros deberíais temblar y no yo! Es cierto... estoy temblando. Respira... coge aire, relájate.
Es mejor que lo dejes ahora, esto va a acabar mal, ¿no te das cuenta? ¡Cállate!, y agarra fuerte la escopeta.
¡Se mueven!, ¿dónde están ahora?, creo que son más, ¡maldita sea!
Un momento… ¡vienen a por mí!, me están rodeando, les oigo acercarse. ¡Van a devorarme!, ¡no veo nada!, ¡dispara!
¿Qué ha pasado?, creo que el retroceso del arma me hizo caer por las escaleras… ¿les habré dado? Me duele la cabeza, he debido de perder el conocimiento.
Veo algo… la linterna sigue encendida, no está muy lejos. ¿Pero qué ocurre?, ¡no puedo moverme!, no sé qué me ha pasado pero no puedo moverme en absoluto. ¡Socorro!, ¡ayuda!
¿Para qué gritas?, esta casa está a kilómetros de ningún otro lugar. ¡La mejor oferta!, ¿recuerdas?
¡Atento! Algo se mueve, ¡se acercan!, ahora las veo, ya las veo, ¡son ratas! ¡Son malditas ratas!, ¿y que van a hacer? ¡Dios mío no!, ya se lo que van a hacer…