En las cuevas de Zugarramurdi, estaba junto a Toni e Iker, veníamos para realizar un ritual, habíamos acordado de llevar un pensamiento que quisiéramos olvidar. Tardamos mucho en darle la vuelta a la cueva en general, Toni e Iker estaban muy enamorados y se iban persiguiendo y llenándose de besos, en cada una de las grietas en la cual pudieran entrar, se escondían y se besaban, mientras tanto yo iba tomando fotografías de los rostros que podía vislumbrar de entre las rocas en la cueva, lo podía ver al mirar los ojos, las narices, sus bocas.
Luego descubrimos que parte del pacto de iniciación de las brujas de Zugarramurdi, constaba con besar uno de los rostros, para luego aparecer ahí al morir.
Íbamos a iniciarnos, nuestro principal objetivo era hacer un pacto que nos ayudara a olvidar pensamientos que nos venían atormentando hace unos meses, ninguno de los tres estaba preparado a pasar por lo que nos tocó vivir meses atrás y ahora veníamos a las cuevas decididos a olvidar todo, costara lo que nos costara.
Iker había encontrado en uno de los libros de su abuela unas hojas que estaban muy sucias, con manchas de sangre, en él tenía escrito unos acontecimientos que la involucraban con la muerte de uno de sus tíos que había abusado de ella, al parecer le había dado de comer unas setas venenosas, y tras la hoja, había una serie de actos que se debían seguir para aliviar el alma de aquel recuerdo.
Primero se debía anotar en una hoja un pensamiento, segundo llevarlo a las cuevas de Zugarramurdi, tercero buscar entre sus paredes una cara de bruja, la teníamos en la mira, solo nos quedaba esperar a que todos se fueran y nos dejaran solos, para que pudiéramos iniciar el ritual, a las cinco de la tarde, se habían ido todos, nosotros estábamos por la parte de atrás recogiendo unas piedras del rio y, unas setas, en eso mientras mirábamos el agua correr, se escuchó unas ramas quebrarse, del susto Iker tomó una piedra y la lanzó directo a su cabeza, la mujer cayó al piso, quedaba poco tiempo, corrimos a la cueva, iba con la chica entre los brazos, pusimos unas hojas y palos, frente al rostro de la bruja, encendimos fuego, hicimos un pequeño círculos, la chica comenzó a despertarse, mientras tomamos de los cuchillos y cortamos nuestra palma, dejamos caer unas gotas de sangre a una copa contenía licor de mandrágora y unas setas venenosa, entonces bebimos, también le dimos a la chica, en unos minutos estábamos en el piso contraídos por el dolor de estómago, las rocas comenzaron a moverse, estábamos alucinando, se me acercó la chica y comenzó a besarme, luego tomando mis cabellos me azotó la cabeza contra una de las rocas, mi cabeza se abrió, comencé a gritar, mientras veía cómo mi sangre se escurría por el riachuelo, fui perdiendo el conocimiento, mientras miraba cómo se levantaba la chica a besar la roca.