Estoy tirado en la cama. Fuera diluvia. Marta duerme plácidamente desde hace rato a
mi lado. Intento dormir, pero no puedo. La luz de la habitación está apagada, pero la
que entra por la ventana me permite ver todo el cuarto en sombras. Cierro los ojos en
el enésimo intento de dormirme. La casa está en silencio hasta que me parece
escuchar algo. Un susurro. De una mujer. No entiendo lo que dice. A mi alrededor todo
está igual. El susurro cesa. Me vuelvo a tumbar.
El Google Home del salón se activa solo:
- Lo siento. No te he entendido -.
Me incorporo. Sin despertar a Marta, me levanto de la cama y salgo del cuarto a
oscuras. Hace frío. Vuelve el susurro. Parece que viene del salón. Me asomo y observo
una figura que está de pie en medio del cuarto. Se balancea ligeramente. Enciendo la
luz. No veo nada. Todo está tranquilo. La figura ha desaparecido.
El Google Home se activa de nuevo y grita:
– Noticia del diario El País, 12 de...
El pecho casi me explota. Aún asustado, apago el dispositivo rápidamente para que
Marta no se despierte.
– OK Google, apagar -.
– Desactivando Google Home -.
Apago la luz del salón, echo un último vistazo y vuelvo a la cama.
Me tiembla el cuerpo. Estoy nervioso.
Marta sigue dormida. Me tumbo a su lado y la abrazo. En seguida me tranquilizo.
Una vez más, escucho el susurro.
Cuando me giro, en la puerta, veo una sombra. Doy al interruptor, pero la luz no se
enciende. La sombra es cada vez más nítida. Distingo claramente la figura de una
mujer con la cabeza agachada. Lleva un vestido negro, tiene el pelo largo. Está
totalmente empapada. Muy lentamente, la mujer levanta cabeza y se queda
mirándome. Por fin entiendo lo que murmura:
- No puede ser. ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? - dice llorando.
Sus ojos negros y vacíos me miran fijamente mientras lágrimas oscuras, como si fueran
de acuarela, recorren sus pálidas mejillas. Se calla. Ya no susurra.
El Google Home del salón vuelve a activarse:
- Noticia del diario El País, 12 de octubre, 2020. Esta mañana, en el número 12
de la calle Juan de Austria, la policía halló los cuerpos sin vida de Marta Costa y
Darío Martínez. Las dos víctimas que, según ha podido confirmar este
periódico, mantenían una relación sentimental, fueron encontradas en la cama
del dormitorio, con múltiples heridas y golpes por todo el cuerpo. Aún se
desconocen los motivos del crimen, pero todo indica, según fuentes policiales,
a un crimen pasional. El único sospechoso hasta la fecha, la expareja de Marta
Costa, ha declarado esta misma mañana ante la policía. La anterior pareja
conocida de Darío Martínez fue declarada desaparecida hace 10 meses, tras no
encontrarse el cuerpo, al estrellarse la avioneta en la que viajaba en aguas del
Mediterráneo.
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- Desactivando Google Home -.