Hoy he visto unas humedades que han aparecido en las paredes del salón, junto a las esquinas inferiores de la estancia. Además, el techo del baño presenta un color gris uniforme que juraría que antes no tenía.
Las humedades del salón se han expandido; las manchas oscuras han adquirido una tonalidad verdosa, y parecen sobresalir unos milímetros de la pared. El techo del baño presenta un aspecto moteado y por zonas un poco encarnado. La moqueta está más oscura, y semeja haber perdido su lustre original.
La totalidad de las paredes del salón han sido infectadas por el moho, que ahora se abre camino incluso a lo largo del pasillo. Los hongos pueblan por entero la moqueta eliminando su tacto cálido y seco. He visto en el espejo que tengo la lengua más blanca de lo normal y noto un molesto prurito en los genitales.
El piso entero ha sido colonizado por los hongos y ya resulta difícil intuir el blanco original tras los verdes pardos, negros y ocasionales amarillos y rojizos irisados que colorean los muros. La totalidad de la moqueta ha sido víctima de la proliferación fúngica, y pueden verse las alargadas y blancas hebras de micelio extendiéndose por ella. Incluso en el mármol de la cocina el liquen ha empezado a propagarse formando costras duras. Mi lengua y mis genitales han comenzado a descamarse y se han abierto yagas en mis pies y abdomen.
La cama, los sillones y el sofá han sido totalmente engullidos por la infestación micótica. Los hongos sobresalen cada vez más de las paredes, como si quisieran encontrarse con sus congéneres de la pared de enfrente. La moqueta, totalmente colonizada, presenta un color verde blancuzco plagado de infinidad de diminutos pelos. Agrupaciones de setas crecen dispersas en cada rincón. Cada paso que doy levanta densas nubes de esporas que enturbian el aire. En la cocina, reinos de liquen han logrado conquistar la totalidad de las encimeras de mármol. El mismo cristal de los espejos, bombillas y ventanas ha comenzado a opacarse y sustituir su transparencia natural por un traslucido irregular que hace la luz sucia y trémula. Mi boca, garganta y nariz están totalmente infectadas, y el rosado de todas las mucosas de mi cuerpo se ha visto sustituido por el blanco irregular y el rojo vivo. Mis axilas e ingles se han abierto en úlceras irregulares e incluso mi visión comienza a nublarse por la periferia.
Estoy sentado en el sillón. Los hongos y el moho me han cubierto por completo y ya no estoy seguro de donde termina el sillón y dónde empiezo yo mismo. Mi respiración emite un silbido constante y noto como si mis pulmones estuvieran llenos de finas hebras. Aunque apenas puedo ver nada a través de la película micótica que me cubre los ojos, noto que el aire se ha vuelto más denso, y parece incluso temblar levemente. Apenas entra ya luz por las ventanas, tapadas totalmente por el verdín. En poco tiempo ya no entrará ninguna.