En un lugar oculto en el amazonas, una de las pocas tiendas que ahí oculta en el bosque, de los
pocos sitios para poder conseguir lo mínimo que se necesita para sobrevivir, su dueño discute
fuertemente con una de las clientas que cada semana aparece para comprar una o dos cosas pero
siempre busca la excusa para estafar.
-señora le digo no está vencido, no le puedo devolver el dinero después de que haya utilizado el
producto.
-no me interesa, quiero el dinero y una compensación.
-cómo es posible que sea tan intransigente.
-no me diga palabras que no entiendo. Quiero mi dinero
-señora consumió las papas y la gaseosa en su totalidad, y espera que le devuelva el dinero y tras
de todo le dé más.
-SI y ya
En eso la rabia surco su espalda inflándole la vena del cuello, al punto de estallar por su frustración
no era la primera vez que le sucedía, su jadeo se volvió más fuerte y pasando su mano fría por su
rustro, su boca comenzaba a secarse, su mano comenzaba a moverse haciendo señas para
ninguna dirección, su boca comenzó a balbucear, la señora se puso roja de la rabia.
-oiga no tiene que llegar a este espectáculo para devolverme el dinero…
Siguiendo la mímica del tendero siguió su bailoteo, su conversación no llegaba a nada, sus ojos ya
deslumbraban el terror. Una pequeña figura se manifestaba en el borde de la entrada y su cruag
agitaba su garganta marcando varias figuras uno, dos y tres, hasta distinguir sus rostros de horror,
y de toda la algarabía que ahora dominada, quedaron inmóviles mientras entre un par de pasos la
mediana criatura se le dibujaba una sonrisa, ahora sus ojos surgían lagrimas aclamando su
libertad.
-o desde hace tiempo no sentía tal nivel de odio y rabia, hacen que gruñan mis tripas,
ahora se tiñen de miedo que delicia .mmmmme disculparan por interrumpir su repertorio
por favor continúen mientras me preparo.
Acercándose a luz que levemente dispersaba la bombilla negra y amarillenta mientras esta
quemaba a los insectos que deambulaban por la noche atraída por su tenue belleza luminiscente,
su larga lengua repaso el cristal limpiándola casi de inmediato.
-disculparan mis modales, este fue uno de los poco contenedores que me aceptaron,
sigue teniendooooo aun arraigada sus costumbre, pero continuemos con lo que
llevábamos.
Su cuero estaba manchado una sustancia negra, sus ojos rojos como la sangre se perdían en un
negro que ni la luz más fuerte podría iluminar, su cabeza posterior estaba hinchada con granos
que expulsaban gruesos pelos que al menor contacto explotarían, su mano se posó sobre el suelo
esparciendo sangre y un líquido negro, tragándose todo a su paso ahora todo era oscuridad,
crujidos no se sabe cuánto duro, dolía mucho mucho MUCHOOOO. Ahora es el silencio, miedo y
terror, así no quiera, la única vista es cuando se da el cruag, alargando esa gruesa piel y de la
oscuridad a un verde transparente.