Jonás, Adela, Maica y Kevin entraron a una lujosa mansión abandonada.
+ Imaginad vivir aquí, juntos… Dijo Kevin, dirigiéndose a Adela, de la cual llevaba años enamorado en silencio.
-Sí…, acompañado de miles de fantasmas, uhh. Decía irónicamente Jonás, mientras Adela y Maica ocultaban el miedo que sentían.
Y es que cuando estos adolescentes entraron a esa mansión, había una leyenda local que decía que la misma estaba encantada, y que si alguien pronunciaba la palabra ´´fantasma´´ no salía.
Se comenzaron a escuchar ruidos extraños, y todo de repente se oscureció.
Maica y Adela chillaron al ver sombras en la parte superior de la casa. Jonás risueño e incrédulo, subió las escaleras para ver de qué se trataba, pero una fuerza extraña lo empujó para atrás cayendo al suelo.
Fue Lara la que lo ayudó a levantarse.
Todos sintieron pánico, al ver como aparecía de repente un monstruo ensangrentado dirigiéndose hacia ellos a una velocidad indescriptible.
-Venid corred, sé un pasadizo donde poder escondernos. Dijo Lara apresurada.
Todos corrieron siguiéndola. El aspecto era sombrío e inhóspito, se sentía la sensación de frío, y era tan oscuro que apenas podían verse los rostros, Maica, Adela y Kevin no podían parar de temblar del frío, sin embargo, a Lara y Jonás era algo que parecía no importarles.
Continuaron andando silenciosamente entre las sombras, sin ver muy bien el entorno, pero era el único modo de esconderse del monstruo ensangrentado;
Sin embargo el olor comenzó a ser tan desagradable que Maica se mareó y cayó al suelo. Lara la cogió y le dijo que no se preocupara, que todo estaba bien.
Viendo que continuar no era adecuado ya que podían intoxicarse, decidieron volver por donde habían venido, con mucho cuidado, ya que había un monstruo queriendo matarlos como bien les advertía Lara.
Kevin se acercó a Lara para preguntarle cómo conocía tan bien aquel lugar, adelantándose y alejándose del grupo. Adela no pudo evitar sentir celos, lo cual quiso poner en conocimiento de su mejor amiga, Maica, para que la tranquilizara, no era momento para tonterías adolescentes. Sin embargo, Maica ya no estaba, ni Jonás tampoco. Adela escuchó chillar a Kevin.
Corrió apresuradamente, y al volver a la entrada de la mansión, vio que aquello que creían un monstruo, era un hombre tendido en el suelo lleno de sangre, que intentaba advertirles. Kevin estaba en la parte superior de la mansión con una camisa llena de sangre agarrando la mano de Lara, y el cuerpo de su amigo Jonás se hallaba tirado en el suelo, muerto.
Adela estaba paralizada, y entonces se dio cuenta que si Lara te podía tocar era porque estabas muerto, y que Lara era la que te atraía hacia tu propia muerte, intentó salir corriendo pero al girarse estaba Lara mirándola y moviendo la cabeza de un lado para otro, creando tal ventolera que una lámpara enorme del techo, cayó sobre Adela, Lara la cogió de la mano, diciéndole: - no te preocupes, tus amigos te estaban esperando…