“Mi cerebro es más grande que el tuyo”. Aquellas palabras resonaron en toda la sala. Fue la primera vez que abrí los ojos para verlo. Aquel enorme robot de dos metros me tenia atado de pies y manos, amordazado sobre una mesa antigua de madera de quirófano.
Aquella sala sin ventanas tenia una gran claraboya sucia en el techo y gradas semicirculares alrededor, como un macabro teatro circense de la época. Todo aquello tenia un olor fétido. El agua corrompida del suelo era nauseabunda y a poca distancia podía ver un cajón con serrín y una mancha grande, espesa, muy oscura y reseca en el centro.
―Eres nieto del doctor George Charles Devol, mi creador y director de la Consolidated Controls Corporation . Tus conocimientos de neurocirugía y robótica son conocidos. Estuviste muchos años colaborando con el profesor Kevin Warwick en la interacción del pensamiento humano con tecnología robótica. Tú ya sabias que no es la conciencia lo que os hace diferentes, sino vuestra percepción del inconsciente.
―Es algo que descubriste y que aún no has querido desvelar al mundo. Tienes miedo de ti mismo, tu abuelo sabia que una agresión extrema sobre otra persona generaba en el agresor una frecuencia anómala en el núcleo accumbens de 20985.3 Hz, capaz de ser detectada con un axón de 700 micrómetros. Es la “prueba del alma”.
―Tu abuelo me programó antes de su muerte, para que llegado el día, te obligara a realizar este experimento. Él te conocía bien y sabia de tus profundas convicciones religiosas y lo que significaba para ti el respeto por la vida humana.
―¿Este sitio te resulta familiar verdad?. Estamos a 50 metros justo por debajo del Hospital Rochelle. ¡Debes elegir Peter!. Te conozco mejor que tú mismo, tu abuelo me desvelo su naturaleza y la tuya. En tu familia hay una larga historia de psicopatía oculta tras una carrera de fama y éxito profesional. El gen está en tu familia.
―¿No recuerdas nada?, tu conciencia está detrás de ese crucifijo de oro sobre tu pecho. Aquí fue donde asesinaste a aquella niña inocente. Eras apenas un adolescente y tu abuelo te trajo a este lugar hace 40 años. Era su sitio preferido. La degollaste con este mismo escalpelo, sin dudar, sin piedad, lo hiciste con una leve sonrisa en tu rostro. Yo estaba allí, frente a ti, agarrando a la niña por el cuello.
―¿Te acuerdas ahora?. ¡Te acuerdas verdad Peter!. Se hizo un estremecedor silencio en la sala..
―Si, ya me acuerdo.
Peter prosiguió poco después su investigación sobre la transmisión neuronal en los laboratorios de la universidad de Oxford. Esta vez con humanos y con la ayuda de su nuevo amigo Elektro, el primer cyberrobot asesino con conciencia en la historia del siglo XXI.