Tembloroso, de pie ante las escaleras que llevaban a lo más profundo de sus temores. Su corazón bombeando con fuerza, la deliciosa sangre recorre sus venas mientras frota sus manos, una con la otra. Mira abajo, a la impenetrable oscuridad.
El aroma de su platillo favorito salía de la cocina, estaba casi listo, pero en este momento él debía resolver una cosilla más.
N-no...No, no, no. -Susurraba nervioso.
Miraba a los lados, una y otra vez, agitado, nervioso, impaciente. Da un paso adelante, su pie desnudo se posa sobre la fría madera del primer escalón, el más difícil.
¡No quiero, no quiero! -Repetía, casi rechinando los dientes.
Se llevaba las manos a su cabeza, apretando con furia y desesperación sus cabellos y arrancándolos.
¿Qué hago, qué hago, qué hago? -Preguntaba a si mismo, impotente.
Atemorizado por aquello que en las profundidades de su sótano le esperaba, se encontraba despavorido, a duras penas era capaz de mantenerse de pie con esas piernas que temblaban incesantemente, carne débil. Dio otro paso, y otro, y otro. Bajó
Se adentró en aquel dantesco sótano.
Susurros y chillidos retumbaban en su cabeza mientras caminaba a ciegas guiándose por aquellos horribles ruidos que provenían de algún sitio en medio de la inclemente oscuridad. Llegó, finalmente, hasta un armario, su expresión delataba perturbación, sin embargo, respiró profundo, lo abrió, y sin rechistar, se abalanzó sobre algo.
E-Emily... Los malos vienen por nosotros. -Contó al oído de la pequeña niña que ahora tenía en sus manos.
Tranquila, tranquila, tranquila, tranquila. ¡Diles que soy inocente! ¡Yo soy inocente! -Suplicaba, acongojado.
Tomó los restos del cadáver de aquella niña que escondió en su armario, la acomodó nuevamente, tragó saliva, cambió su expresión y salió del sótano decidido en recibir a los invitados que hacía rato esperaban por él.
Soy inocente, soy inocente. -Tarareó mientras iba hasta la entrada y abría la puerta.
Oficiales Jesús y Julio ¡Recibimos una denuncia referente a usted y la desaparición de una chica! -Exclamó con firmeza el oficial Julio.
Oh ¿Una vez más? ¡Pasen, pasen! Preparé algo de carne ¡Mi favorita! ¿Gustan? Responderé lo que quieran ¡Emily puede decirles que soy inocente...!