-Oye, ¿ya te he contado de mi esposa? – me pregunta muy sonriente.
-Aun no ¬-. le respondí a Miguel. Era mi primer día como camarero.
Pues te cuento: hoy amaneció mas hermosa que de costumbre, ha sido una mañana especial, me he despertado y ella ahí a mi lado con una sonrisa atenuada y su cabello perfecto. Le he preparado el desayuno y antes de levantarse le dije que hoy le escogería un vestido bonito y le ayude a peinar. Le dije que hoy no se abría nuestra tienda de ropa, que el día era solo para los dos. Ella se sorprendió al notarme tan atento. Le peine y hasta le ayude a escoger su maquillaje; me pregunto cual era la ocasión y le respondí sonriendo que era 5 de agosto, el día que nos conocimos y...
-Espera Miguel, le interrumpo mientas a la habitación entraba una enfermera muy guapa con un plato lleno de pastillas de colores.
-Hola, ¿eres el nuevo camarero?
Le respondo que si y me disculpo diciéndole que solo venia a traer una sabana y toallas limpias que habían pedido, ya me marchaba.
-Es un placer, soy Isabel la enfermera de las tardes y no te preocupes que Miguel es así de hablador.
Nos reímos los tres, entregue mi pedido un poco asustado por la situación y aun mas por ser mi primer día de trabajo como camarero del “Hospital Psiquiátrico el Pilar”. Me despedí de Isabel y me dispuse a salir para seguir con mis cosas.
A la salida del área de internos me encuentro con el guardia de seguridad y tras preguntarle un poco por esa zona y como es la movida el guardia me da información de Miguel:
-¿Lo has conocido?, es un hombre muy alegre pero cuando vengas de nuevo solo limítate a entregar, recoger y a lo que vienes ¿me entiendes?. Miguel hace 14 años asesino a su esposa, la desmembró y utilizo un maniquí de la tienda de ropa que tenían para remplazar la cabeza del maniquí por la de ella. Así pasaron varios días y el trataba al maniquí como si fuera su mujer real, dormía con ella y le vestía; bueno al maniquí. Le descubrieron por el olor putrefacto que los vecinos percibieron y le encontraron durmiendo abrazado al maniquí. El resto del cuerpo estaba en la bañera con el agua que anteriormente era hielo con el que quiso ocultar.
-Bueno, Miguel se ve muy tranquilo, le respondí. Además que la enfermera me ha dicho que es muy conversador.
-¿Cual enfermera? Me pregunta el guardia
-La enfermera que entro cuando le lleve las cosas a Miguel, le entrego las pastillas y me saludo. Isabel se llama.
-Pero que me estas diciendo hombre si esta área es solo para internos hombres, solo hay enfermeros (entre risas), no hay mujeres aquí.
Un terrible escalofrió he sentido cuando el guardia termina diciéndome entre risas:
-¿Isabel has dicho?, pues así se llamaba la esposa de Miguel.