Despertó desorientado, no sabía quién era ni donde estaba, el viento mecía su cuerpo, un profundo dolor de garganta le impedían tragar saliva, sentía el aire en su cara, le costaba respirar; su cabeza abombada en cualquier momento explotaría pensó. entorno la mirada para ajustar sus ojos a la luz de mediodía, miro al piso dándose cuenta que sus botas vaqueras se encontraban a unos dos metros de altura sin apoyo alguno entre mucha gente; comenzó a angustiarse; se percató que no podía moverse, y aunque gritaba, ninguno de los presentes parecía escucharlo; algunas personas le dedicaban miradas furibundas, otros le escupían; pero nadie parecía dispuesto a auxiliarlo, sintió un frio repentino, y aunque seguía sin poder moverse, se tranquilizó un poco cuando la gente empezó a marcharse, fue entonces que sintió pasos por sobre su cabeza, “¿Quién anda ahí?” pregunto temeroso; “Soy yo, ¿a quién esperabas?” contesto una voz de niño, “No se quien eres, no puedo moverme, parece que nadie mas puede escucharme salvo tú, rápido pide ayuda”. Unos pies de niño descalzo agrietados y sucios colgaron junto a su cabeza “¿Ayuda para qué?” dijo la voz infantil. “Mocoso malcriado llama a alguien pronto” grito en desesperado el hombre. Los pies de niño, subieron, colgándose de alguna superficie presente, el niño se dio vuelta y quedo boca abajo mirando al hombre; “Comprendo, aun no sabes que pasó, a veces pasa con los hombres, bueno ya es hora de que nos vamos, por el camino te explico” dijo el niño. Acto seguido le dio un golpe en la cabeza con el puño cerrado y el hombre cayo al piso, por fin podía moverse y respirar tranquilamente, aunque seguía con el frio, “¡vámonos!” grito el niño desde arriba, el hombre furioso se dio media vuelta solo para contemplar su propio cuerpo colgado en la horca, parado sobre la viga que sostenía la soga, una figura espectral con guadaña en mano lo miraba fijamente; le lanzó un cartel de “Se Busca” en el que aparecía su rostro acompañado del siguiente enunciado: “ Bill Stanford, alias el Carnicero Billy, Se busca vivo o muerto, se le acusa de reiterados asaltos a diligencias, violación, liderar banda de cuatreros y asesinato de niños, U$ 7.000 de recompensa”. Entonces como un trueno las imágenes se agolparon en su cabeza, su memoria volvió y se dio cuenta de que acababa de ser ejecutado, el niño que había visto en la viga había sido el primer niño asesinado en una pequeña escuela cuando huía del Sheriff del pueblo hace algunos años. “Pero tu no puedes ser la muerte” dijo aterrado tartamudeando el asesino mirando al espectro sobre su cuerpo”. La parca levanto su guadaña, golpeo el piso con ella, este se abrió dejando caer al vaquero a las profundidades del infierno, con actitud burlona mirando hacia abajo al recién muerto que comenzaba a arder le dijo “¿Qué no soy la muerte?, ¿Qué esperan ver cuando mueren, un túnel oscuro con una luz blanca al fondo acaso?".