A RIBERAS DEL BOMBO
1. Aún estaba oscuro cuando llegué a riberas del río Bombo, de repente, desde los matorrales surgió ella, una mujer hermosa. Yo iba a hablarle pero no me dejó hacerlo, me silenció poniendo suavemente su dedo índice sobre mis labios, y me dijo en voz muy baja: “te estaba esperando…” Sin dejar de mirarme a los ojos ningún instante, me tomó de la mano para conducirme al interior la arboleda, al lado del camino, allí tuvimos sexo con mucha pasión, metidos entre la vegetación…, luego me quedé dormido.
2. Me despertaron fuertes gemidos cercanos, ya había amanecido, yo estaba solo entre la vegetación; me levanté y salí al camino para investigar. Había mucha gente, rodeaban un cadáver, era el cadáver de la mujer con quien estuve, se había suicidado colgándose de un árbol y amaneció allí ahorcada. Me inundo el terror al ver el cuerpo muerto, pero no podía llorar, ni gritar, nada, solo podía mirar petrificado aquel cadáver desnudo.
Seguí la caravana fúnebre hacia el pueblo, cuando llegamos a la funeraria había otro ataúd que estaba siendo velado allí mismo. La cinta blanca con letras doradas alrededor del cofre, consignaba el nombre de mi madre, y al interior yacía su rostro pálido. Me derrumbé incrédulo, aterrorizado de lo que estaba viendo, me preguntaba ¿Cuándo sucedió todo? ¿Por qué? No era capaz de asumir tan repentina tragedia... mi dolor era intenso, indescriptible.
3.El entierro de mi madre se llevó a cabo esa misma tarde. Me había quedado orando en silencio en la funeraria, no quería hablar con nadie y no lo hice. Extrañamente nadie me dio las condolencias ni en la funeraria, ni en la iglesia, ni de ruta al cementerio. Era como si no estuviese entre ellos, como si no existiera. Hicieron los actos religiosos en la iglesia, posteriormente junto al sepulcro. Después de muchos rezos, al terminar el sacerdote sus oraciones, metieron el ataúd en una bóveda, luego vinieron las lágrimas de la gente, quienes entregaban coronas adornadas de flores, las remontaban, las acomodaban alrededor de la tumba. Como único hijo me sentí mal por no llevar nada.
Me acerqué a la tumba de mi madre, fue cuando empecé a oír el sonido de unos bombos lejanos, como de una banda de guerra que provenía del río... sentí el ruido tan retumbante entre mis oídos que me hacía retorcer..., en aquel momento levante los ojos y vi allí cerca a la mujer hermosa junto a mi madre, estaban haciéndome señas para que me acercase. Me sorprendí de verlas. Fui atravesando los muros, las bóvedas y la gente sin darme cuenta. Luego ellas me dijeron que yo había caído por hipotermia el mismo día a riberas del Bombo, de madrugada junto a ella, por eso ella se había suicidado... esos hechos habían ocurrido hacia mas de un mes. Fue entonces cuando pude ver la lápida gris del lado, donde estaba mi nombre consignado."