¿Dónde estoy? ¿Cómo he llegado aquí? No recuerdo nada... Está todo muy oscuro... ¿Serán mis
ojos? No... Me duelen de tanto frotarlos. “¡Hola!, ¿alguien me escucha?” ¿Será una broma? Extiendo
mis brazos para tratar de alcanzar algo, una pared, un árbol, una persona... pero no encuentro nada.
¿Estoy dentro o fuera? Debe ser una casa, ya que no siento ni viento ni ningún sonido, además no
hay rastro de la luna ni de estrellas.
¿Qué hago? Me da miedo moverme, no quiero tropezar con nada. A estas alturas mis ojos ya
deberían haberse acostumbrados a la oscuridad, pero sigo sin ver nada. Voy a caminar con mucho
cuidado en línea recta hasta encontrar una pared y desde ahí buscar la puerta que me saque de esta
horrible pesadilla. Estiro mis brazos mientras mis pies comienzan muy lentamente a moverse. Este
sitio es enorme, paso tras paso no doy alcanzado nada. ¿Pero dónde estoy? “¿Alguien me escucha?
¡Ayuda! ¡Estoy aquí!”
“¿Quiénes sois? ¿Qué queréis?” Alguien me acaba de agarrar los brazos y las piernas, pero ha sido
tan rápido que al tratar de sujetarlos, ya no he encontrado a nadie. Tengo miedo, alguien está
conmigo en la oscuridad. ¿Dónde están? Dios... no veo nada. ¿Qué querrán? ¿Por qué yo? “Por
favor... ¡Quiero salir de aquí!”. Empiezo a caminar más apurada, ya no sé si camino en la misma
dirección que estaba siguiendo, pero ni me importa, sólo quiero escapar.
¡Mi camisa! ¿Cómo es posible? Los botones se han caído y mi pecho ha quedado al descubierto. Me
agacho en el suelo, apoyando mis piernas contra mi pecho y mi cabeza sobre mis rodillas, mientras
abrazo mis piernas, así me siento más protegida.
¡Ay! Mi pecho... ¡Qué dolor! ¿Qué me pasa? No puedo respirar ¡Ay! No puedo más.... ¡Luz! Acabo de
notar un flash. Levanto mi cabeza, cada movimiento hace que me duela más el pecho, es una
tortura, siento que tengo algo clavado en mi cuerpo. ¿Y ese pitido? ¿Qué son estos sonidos? ¿De
dónde vienen? ¡Ay! Mi pecho... ¡Otro rayo! Estoy en un sitio blanco, muy blanco, no he visto nada
que no fuera blanco, no he percibido ninguna forma. No hay paredes, no hay nada, sólo luz blanca.
Me duele... No para el dolor
“¡Ahhhhh!” ¡Me caigo! El suelo ha desaparecido “¡Socorro! ¡Socorro!” ¡No dejo de caer! Pitidos,
flashes . El suelo, ¿dónde está el suelo? Flash, pitido... ¿Cómo es posible que siga cayendo? Imposible
agarrarme a nada, no alcanzo nada. “¡Nooo!”
¿Desde cuándo el pitido está sonando continuo?
“¿Hora de la muerte? 07:22”, resuena a lo lejos...