¡Están ahí! ¡Están ahí! ¡Entran por todas partes! A través del suelo, del techo, de las paredes. En la habitación crecen alimentados por la noche y la oscuridad. ¡Se acercan ya! Atemorizado, en un rincón, me hostigan con susurros, risas, lamentos y sonidos asquerosos. ¡No se detienen! Penetran en mí cabeza distorsionando mí mente. El odio y la rabia me invaden. A golpes destrozo mis nudillos contra la pared mientras un grito desgarra mi garganta: ¡Nooo! ¡Nooo!¡Dejen de hacer esos malditos ruidos!