Como cada noche salgo de caza, intentando entretenerme con alguna alma cándida que corromper. Me encanta ver el sufrimiento en sus ojos. Me excita sobremanera que se retuerzan de dolor y supliquen por su vida. Hace ya cuatro días que no me doy un buen festín y lo hecho de menos. Me doy una vuelta por chueca y veo mucha marica suelta, y mucho niñato, pero nada realmente interesante. ¡Joder, cada vez es más difícil encontrar alguno que valga la pena! ¿Tan difícil es encontrar algún menor con el que jugar sin llamar la atención y sin que abra la boca? Amenazarlos es fácil si sabes elegir bien. A mis cincuenta años bien llevados ya tengo claro los que son accesibles y los que hay que dejar pasar. Mira que intento desesperadamente controlarme pero cada vez me cuesta más. Además con esos cuerpazos que tienen hoy en días los críos es muy difícil controlarse. ¡Que es que encima van provocando con esas camisetas de tirantes y pantalones ajustados! ¡Que algunos no paran de subir fotos sin camisetas a las redes sociales y claro...uno no es de piedra, coño! Que es que parece que muchos lo van buscando. Ningún chico realmente decente sube una foto o vídeo al instagram sin camiseta o en ropa interior si no quiere llamar la atención, buscando guerra. Y luego vienen las lamentaciones. Y luego los padres diciendo que hay mucho pervertido suelto. ¡Pues no, señora, controle un poco a su hijo! Que es que encima los hay que son realmente muy atractivos y lo de abajo pues pica... Cuando yo tenia quince o dieciséis años no había tantos gimnasios y por ende tanto chico musculoso.... Y por mi forma de ser y vestir, tan benévolo, nunca nadie piensa mal de mí. Realmente es muy fácil si sabes qué decirles y cómo. En fin, llevo tres horas dando vueltas y no veo nada interesante. Hoy me quedo sin polvo. Ni a rastras, ni en casa, ni drogando, ni con dinero... Me voy ya a casa a dormir que es tarde y mañana madrugo, que tengo que dar clase a los de cuarto curso, que tienen quince añitos y quiero estar sereno y fresco. Otra noche será.