Cuando llamó a la puerta, Nines no se había levantado todavía. Su padre la saludó con frialdad a la madre de su hija y esperó hasta que bajase . Se habían divorciado porque él veía ovnis y hablaba con extraterrestres. Iban a marchar a la casa del acantilado ese fin de semana; antes, pasarían por un restaurante Lamucca para comer buena comida como siempre.
Al llegar y sentarse a la mesa,no hablaron y lo único que le dijo su progenitor es si ella tenía un nuevo hombre, Nines no contestó porque ignoraba la respuesta.
Llegaron de noche a la casa y ella soñó con sus padres retozando en la hierba con ella, eran otros tiempos. Al salir el sol, se marchó de paseo para ver el alba que confundía el horizonte con el blanco níveo de la luz solar. Escuchó pasos veloces detrás de ella y un empujón ; al caer, recordó a su madre sonriendo a la salida de la escuela.
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