Hace tiempo que tengo una sensación extraña.Siento como si alguien me observara.Constantemente.Me dispongo a ir a la oficina como cada día.Trabajo a unos 50 km de la ciudad.Monto en el coche, pongo la radio y conduzco.En algún instante del trayecto noto una punzada en la piel y miro por el retrovisor.Parece haber un hilo, una sombra en el espejo.Paro en mitad de la carretera.Aún no ha amanecido.No sé muy bien donde me encuentro.Desconozco el paisaje.Observo a mi alrededor y no veo más que un cielo aún oscuro.Monto de nuevo en el coche.Escucho un ruido tras cerrar la puerta.No respiro.Cierro los ojos y rezo.Arranco sin mirar.Tranquila,me digo a mí misma, vas a trabajar, no hay nada raro.Conduce, me digo.
No hay nada extraño.Sólo tienes sueño. Quizás las pastillas ya no te sientan tan bien para relajarte y conciliar al sueño.Escucho otra vez un golpe,parece venir del maletero.
Paralizada y aterrada bloqueo mis brazos al volante y me digo: No pares, sigue adelante.
Lo siguiente que recuerdo, sin saber explicar qué camino me lleva hasta aquí,estoy en la oficina.
Termino mi turno y me dispongo a volver a casa.Conduzco.Es invierno.Está anocheciendo.Demasiado pronto.
Golpes en el maletero.Miro el depósito y estoy sin gasolina,¡si lo llené ayer!Freno en seco, clavando el pie en el pedal,agarrándome al volante como un moribundo a su cruz.
Bajo del coche y hago señales con las manos al coche que viene detrás. Mi salvación. Es un coche ostentoso de esos que conducen los hombres mayores con dinero que ya no saben qué hacer con él.
Frena lentamente y se para junto a mí.
-¿Por favor, puede llevarme a la ciudad?
-¿Qué ocurre joven?
-No sé qué le ocurre a mi coche.
-Tranquila, lo echamos un vistazo.-dijo bajándose del coche, mostrando su cojera, llevando con él un bastón con una curiosa empuñadura de metal.
-Si quiere lo dejo aquí y ya llamaré a la grua para que vengan a por él.He escuchado ruidos raros probablemente en el motor, pero no sé muy bien.
Se acerca a mi coche sin mirarme y los ruidos vuelven a sonar. Me agarro a él , a su chaqueta de traje gris con tacto de seda caro.
-Los ruidos vienen del maletero, vamos a ver de qué se trata.-dijo caminando ya hacia la parte trasera del coche.Quizás sea una alimaña que se te ha colado moribunda.-mientras mis ojos se abrían como platos, y me sigo agarrando a su chaqueta asustada.
Me mira, fijamente, como si ya me conociera.Como si ya lo conociera.
Lo siguiente que recuerdo es oscuridad, ruido de motor, y un tacto de algo peludo con algo viscoso.
En shock, atrapada.Era verdad.No estaba sola.