No podía dejar de correr, cada paso que hacía , cada respiracion entrecortada, el frío de aquel pasillo, la desesperación por sentirme a salvo...
¿Ya está?, ¿moriré asi? Me pregunté. Seguía corriendo sin sentir las piernas ,me acordé de mi familia, mis amigos y de esos dias en los que ponía excusas para no correr en educacion física, quizá si hubiera...Un ruido fuerte y agudo me interrumpió, sea lo que sea esa extraña cosa que gritó me atacó, la esquivé con dificultad ya que las lagrimas de mis ojos y mis gritos de desesperación no me ayudaron en nada.
Me paré, sentí una terrible sensación en mi cuerpo, una voz llena de desesperación me dijo riendose: No importa... igual vas a morir ¿No?. Yo seguía parado ,cuando todo se puso negro y segundos despues me encontré frente a unas escaleras blancas y sucias.
Me las quede mirando fijamente durante un buen rato hasta que empecé a andar, desesperado y con ganas de terminar el final que me esperaba, en las paredes habían cuadros horribles, en ellas albergaban imagenes horribles y perturbadoras, cerré los ojos fuertemente, sentía una necesidad urgente de respirar con la boca y eso hice, las escaleras terminaron y me encontré en un largo pasillo con ambiente tétrico.
Logré observar una puerta negra de fondo mientras andaba lentamente y pausadamente.
Al acercarme escuché como unas horribles voces con tonos agudos y graves me advertían sobre lo que había detrás de la puerta negra,que si iba no volvería jamas, otras voces me decían que si abría la puerta me encontraría con mi mayor miedo y decían que eso me devoraría, y despues me convertiría en uno de ellos. Tragué saliva, no tenia opción, mis piernas temblaban y el ambiente tétrico y aquellas risas de fondo empeoraban la situación , escuchaba cuchillos afilarse y susurros que hicieron que mi respiración cesase.
Abrí la puerta lentamente y entonces comprendí todo lo que me habían dicho las voces, delante de mí había un espejo sucio y grande en el que me reflejaba, ahí comprendí que los cuadros eran productos de mi imaginación y que mi mayor miedo era yo mismo.