Era 21 de Diciembre de 2019, no tiene que ver nada con lo que os voy a contar, pero puede llegar un meticuloso de los datos queriendo recordar ese día.
Eran las 4.17 si sirve de algo, de la madrugada.
Ana, reía junto a su cerveza de cristal que había robado del bar donde había estado con Pedro, Marcos y Diana que aún estaban con ella. Diana no, corrijo, le quedaban cosas que hacer en breves horas y no quiso que le acompañarán.
Buscando algo que comer para recomponer el estado mental, que al principio de la noche llevaban, antes de haberse cruzado se aislaron de la muchedumbre un rato, los tres tenían cosas que hablar. Habían comprado el trozo de pizza que le quedaba a la pizzería, trozo que no duró, el tiempo de doblar dos esquinas... Tampoco tiene importancia, pero, pasó.
Marcos escribía en su móvil, cuando ellos decidieron seguir andando hacia la casa de Ana, simplemente les acompañó. En silencio, escuchando de vez en cuando una frase u otra.
No tuvo que levantar la cabeza del móvil, escribiéndole a Diana para darse cuenta de que acababan de llegar a casa de Ana. Era la excusa perfecta, el mensaje, para disimular, mientras ellos se dijeran lo que tenían que decir.
El desconcierto empezaba a apoderarse de Marcos que no podía explicarse la razón de que no contestase Diana. Posiblemente fuera porque no había llegado al coche, o a su casa....
Pedro le dijo a Marcos: "¿Subes?" Ana miró a Pedro con picardía, cosa que Marcos vio de reojo... Y respondió: "no, tío, estoy haciendo una cosa. Don't worry"
Pedro sonrió y dijo: "ok!" Cogiendo la mano de Ana que sustraía sus pasos como el que absorbe, el deseo, la esperanza y la felicidad de una mano.
En Calle la Palma, 9 de Cartagena...
Diana, seguía sin contestar... Marcos se dirigió a ver lo que hubiera pasado, deshaciendo sus pasos hasta encontrar los de Diana, dejando atrás a los pájaros en su nido.
Al llegar al coche de Diana, la incertidumbre creció. ¡Momento de molestar!... “¿Pedro? No sé nada Diana, ayúdame a buscarla, porfa, no está ella, ni su coche..."
Pedro: "Voy!"
Dejando a Ana descansado plácidamente, abandonó su piso...
Eran las 4.52, nada de Diana, nada de Ana, pero si un poco de Pedro apareciendo desde el final de la calle...
Estaba oscuro, pero se podía interpretar claramente por sus andares específicos y forma de arquear los hombros al meter las manos en los bolsillos de la chaqueta de cuero... Marcos corrió hacia él:
"He buscado por todas partes, no he visto nada tío, ¿Dónde podrá....?"
Las palabras de Marcos se frenaron bruscamente al llegar a Pedro que le atravesó con un puñal..."
"Pedro..." Sorprendido, dijo Marcos "¿Por qué...?"
A lo que respondió:
"¡Porque puedo!, ni Diana, ni Ana, van a responder ninguna, llamada, ¡descansa...!"
La vida de Marcos se apagaba, mientras la figura de Pedro se desvanecía de nuevo en la oscuridad.
Fin