Hay mejores cámaras, más modernas, con mejores prestaciones, qué duda cabe, pero ninguna sabe captar las emociones como mi vieja Olympus. Captar el tono cerúleo de la piel cuando se escapa la vida, o la mueca entre sorpresa y terror de un rostro que ve como se avecina la muerte. Por eso se convirtió en mi fiel compañera de batidas, al acecho de esas instantáneas que inmortalizaran la existencia.
En la Facultad ya eran famosas mis fotografías, en especial mis retratos, llenos de realismo y de emoción, por eso cuando la Universidad convocó el concurso de retratos no me fue difícil encontrar una modelo.
Cuando ella vino, en mi apartamento ya tenía preparada una zona como estudio para la composición en que había pensado: sobre el fondo de una pared blanca, iluminado con dos grandes focos elevados que le darían una luz casi cenital, había puesto un colchón en el suelo, cubierto con una sábana blanca de raso.
Nada más verlo, ella, que no supo captar la intención de la composición, dijo:
-Que cabrón. El viejo truco. Me tendré que desnudar, supongo.
-Nos tenemos que desnudar. –Respondí.
Una vez desnudos, ella pudo apreciar mi palpable excitación y entendió perfectamente cual sería el posado a realizar.
-No me gusta improvisar. –Le dije-. Me gusta que mis fotografías tengan una gran carga de realismo.
-Ya veo. –Contestó ella con una pícara sonrisa- Ya veo la carga de realismo.
Se entregó, con la inocencia que lo haría un cervatillo que aún no es capaz de reconocer el olor de un depredador, con la alegría que tienen los niños al salir del colegio, aún sin saber qué encontrarán a su vuelta a casa, y la sinceridad de los que hablan sin conocer su destino.
Cuando la excitación estaba en su grado álgido comencé a apretar su cuello. Ella interpretó que era un truco para prolongar el placer y se dejó hacer esbozando una sensual mueca. Al llegar al orgasmo empecé a presionar con todas mis fuerzas, y su expresión cambió, transformándose con una mezcla de sorpresa y de terror. Hasta que se oyó el “clic” del obturador de mi vieja Olympus.