---El 23 de Enero de 1951, se enterraba mi madre, y ese día por la mañana, tuve que recoger las cenizas de mi padre, para hacer sitio en el nicho para la nueva caja.
---Llegué al cementerio a las 9 de la mañana, ya me esperaba el sepulturero para realizar la operación, se trataba de retirar las cenizas de mi padre y tirar los restos de la vieja caja.
---Cuando quitó la lápida, nos encontramos con la caja aparentemente en buen estado, la saco de la tumba hacia una plataforma y abrió la tapa, nada más abrirla tiró la herramienta que portaba y salió corriendo. Yo pregunté ¿que pasa,? escape no mire, escape me contestaba a la vez que corría.
---Quedé, me acerque a la caja y la destapé, la escena era horrible, un ser del tamaño de un niño de unos 3 años, con los ojos rojizos, orejas caídas y una boca tres veces más grande de lo que le correspondía al tamaño de su cabeza, estaba sentado sobre el cráneo de mi padre, chupando los pocos huesos que aún le quedaban, haciendo un ruido al comer, que pasados 65 años, aún suenan en mi cabeza, su cuerpo de color morado, sus dedos largos, y piernas exageradamente cortas, me miraba con sus ojos rojizos, al tiempo que chupeteaba en los huesos de mi padre, comencé a gritar de pánico, nadie acudió en mi auxilio, corrí hacia la puerta de salida, pero aquel ser horrible me adelantó dando pasos cortos pero rapidísimos, y llevaba cogido con sus largos dedos el cráneo de mi padre, lo perdí de vista, volví otra vez al cementerio a tranquilizar al sepulturero, nos acercamos a limpiar la tumba. y quedó preparada para depositar en ella la caja con los restos de mi madre.
---Volví al tanatorio tratando de olvidar la pesadilla que había vivido, todo volvió a la normalidad, a la hora del traslado de mi madre al cementerio, un empleado del tanatorio se acercó, y me invito a despedirme de mi madre, entre, y antes de atornillar la tapa de la caja la abrió, me acerque y la besé, y cual fue mi sorpresa cuando vi, que los largos dedos de aquel monstruo que estaba chupando los huesos de mi padre en la tumba, rodeaban el cuello de mi madre.
---A partir de entonces, no supe lo que es tener tranquilidad, tengo miedo, me parece que va a aparecerse en cualquier sitio, abro los cajones y los armarios con miedo, siempre siento que el va a estar ahí, jamás conté esto a nadie por miedo a recibir represalias, por parte del monstruo de la tumba de mi padre.
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