Entreabrió los ojos, es noche cerrada. Su rostro está semi oculto por hojas secas, que se pegan a la sangre que brota de la herida, que tiene en la cabeza. ¿Cómo fue a parar al bosque? Recuerda vagamente el parapente y la bolsa de aire que lo hizo caer, y estrellarse contra los árboles. Crujir de ramas...animales. Intenta incorporarse y deja escapar un alarido de dolor. Más crujir de ramas...lo que sea no está muy lejos. Ladea la cabeza y observa sus extremidades. Nunca fue muy bueno en anatomía, pero lo que intenta escapar de su pierna derecha, abriéndose paso a través del rasgado pantalón, parece su tibia. Apoya la mano sobre el lecho del bosque y horrorizado observa que le faltan las falanges del dedo índice y anular. - Recuerda. - Se grita. Tal vez las cuerdas del arnés las seccionó. Las observa con detenimiento. Parecen...roídas. Animales...Se arrastra rabiando de dolor hasta un tronco caído y apoya en él su espalda en busca de una ficticia seguridad. El teléfono móvil...no lo cogió. Se lamenta...Su mujer insistió y él bromeó con que podía caérsele del cielo. Maldice.
Una sombra pasa ante él.
-¡Socorro! ¡Ayuda! -Apenas parece un susurro. Le duele el costado. Posiblemente tenga alguna costilla rota.
Mira al cielo buscando alguna cosa que le sirva de orientación. Oscuridad. Ruido de nuevo...lo que sea lo tiene detrás.
Gira sobre sí y ve la sombra. Parece humana pero es...enorme. Supera fácilmente los dos metros de altura...
-¡Ayúdeme! ¡Estoy herido! -Insiste.
Silencio como respuesta. Junto a la sombra hay otra más pequeña que no deja de gruñir. Es un...¿jabalí?
-¡Disculpe! ¡Estoy herido! ¡Me puede...¡Mierda!
La sombra ilumina su rostro con una linterna. Está desfigurado y oculta sus ojos con una venda ensangrentada. Su mano sujeta una enorme hacha.
-¿Es...es leñador? No me puedo mover...¿Podría...
La sombra azuza al animal contra él y este se abalanza sobre su maltrecha pierna. El jabalí zarandea todo su cuerpo, tirando de su extremidad, hasta un claro donde, la Luna Llena, lo ilumina todo.
-¡Aaaahhhh! ¡Dios! ¡Suéltame!
La pesada hacha cae sobre el animal, partiéndole la cabeza en dos y matándolo en el acto. La pierna destrozada sigue entre sus fauces. El herido no sabe si agradecer o maldecir al propietario del jabalí. Finalmente suplica:
-¡Por favor...
La sombra se saca la venda y limpia con ella la sangre del hacha, que produce un ruido sordo al salir del animal. ¡No tiene ojos!Después la vuelve a levantar al cielo y...
-¡No por favor!
....
Entreabrió los ojos, es noche cerrada. Su rostro está semi oculto por hojas secas, que se pegan a la sangre que brota de la herida, que tiene en la cabeza. ¿Cómo fue a parar al bos... Crujen las ramas. ¿Herida en la cabeza? La sombra...