EL HIJO DE LUCI Y FER
Rodrigo había nacido un 6 de Junio a las seis de la mañana, el triple seis del Demonio, algo con lo que siempre bromeó; Además, coincidió que su madre se llamaba Lucía, y su padre Fernando, por lo que decía ser hijo de “Luci y Fer”. Aquello no quedaba en una simple broma o en chascarrillos, era aficionado al cine de terror y a los libros del mismo género, y no quedaba claro si distinguía la realidad de la ficción, pues llevaba tiempo con una conducta un tanto extraña, y sus amigos habían empezado a esquivarle, porque les daba miedo, más si se encontraba bajo el efecto de alguna droga.
Ya publicó una novela hace años, en la que salía un personaje que era “el hijo de Luci y Fer”, en el que encarnaba sus pensamientos e inquietudes, a través del que reflejaba su humor grotesco. Su obra fue coetánea de Crepúsculo, el best-seller del momento, y ese éxito de Stephanie Meyer frustró a Rodrigo, que convirtió a la autora de Crepúsculo en el enfoque de su odio. Cavilaba en su mente planes para asesinar a Stephanie, aunque no sólo la odiaba a ella, cada vez estaba más dominado por su misantropía, la que además era su fuente de inspiración para escribir, y a través de las redes sociales se había convertido en un hater.
Una noche, tras haber tomado varios tequilas en un pub cercano a la lonja, encontró ese punto de osadía que le hizo tomar un puñal con un filo de 40 centímetros, y se lo clavaba a todas las personas que encontraba por la calle en el abdomen en esas horas de madrugada, y cuando penetraba en los órganos internos, torcía el puñal agrandando la herida, produciendo un mayor desangro. Cuando sus víctimas empezaban a agonizar, él aprovechaba para introducir su pene en la boca del moribundo, y comía de sus órganos internos, así con las siete personas que asesinó en aquel 26 de febrero, y con los ocho que asesinó al día siguiente. Estaba orgulloso de que los periódicos recogieron la noticia de sus actos, y del pánico que había creado en Valencia. Rodrigo se había convertido en el personaje que creó, estaba completamente desinhibido y decidido a cumplir sus deseos más perversos.