¿A qué estarías dispuesto por no perder tu relación de pareja? Esa fue la pregunta de la psicóloga que me lleva rondando la cabeza desde la última sesión. Intentábamos tener una conversación sobre sentimientos, algo que nos llevará a hablar del punto al que nos ha llevado a este restaurante y concretamente a cuando vamos a dejar de hacernos daños mutuamente.
“Cariño, lo he pensado mucho. Creo que deberíamos planificar algo diferente”. Llevamos diciéndonos lo mismo varios meses. Añado: “He pensado que podriamos hacer unas últimas vacaciones juntos, (Miento) creo que nos irá bien”.
En un descuido le pongo la substancia en el vaso. “Es importante que la tomen las dos personas de la pareja para que funcione” pone en el prospecto. He leído que hay personas que usan esta sustancia como una forma de sumisión química y no como un desbloqueo relacional. En cuanto todo esté mejor dejaremos de tomarla, no quiero parecerme a esas personas…
Estoy nervioso. Me tomo un alprazolam para relajarme. “He pensado en ir de viaje a Tenerife, tiene playa y lugares naturales que ver”. Siempre me ha molestado la playa y los lugares naturales. Ella lo sabe y entiende que es una concesión para acercarme a ella. Yo tomo mi dosis de substancia. Ella me mira y ve las pastillas pero no le da importancia.
Seguimos cenando y cambia de actitud. Está más amable. Me mira a los ojos. Incluso me da la mano. Le digo que aún la quiero y que esto va a cambiar. Me dice que ella también, que se ha equivocado en muchas cosas. He leído que el funcionamiento de la substancia es como el de MDMA, que desbloquea las barreras emocionales y que permite hablar de los sentimientos que normalmente lo bloqueamos.
Me comenta que está cachonda. Que me quiere follar. No oía eso desde el instituto. Saca de su bolso un pastillero. “Algo que me ha recomendado el médico para los nervios”. Me dice que me espera en mi casa en media hora, se levanta y se va.
Leo el prospecto en el metro “Advertencia puede tener efectos teratógenos si sospecha estar embarazada deje de tomar el tratamiento”. No es el caso. “En caso de tomar antidepresivos o benzodiacepinas puede producir deseo sexual, alucinaciones e ideas suicidas”.
MIERDA. Es la primera vez que veo un cadáver. Colgado en medio de mi salón. Si le hacen una autopsia sabrán que ha tomado la substancia. Yo la he tomado. Pensarán que no la he socorrido. Lo más romántico es que yo también lo haga.
…
El casero avisó a la policía debido a la falta de pago. Encontraron un único cadáver colgado del techo. Hombre, mediana edad, con restos de intoxicación en la sangre. Cuando se le preguntó a su expareja, reconoció haberle visto por última vez en un restaurante de la Plaza de Carlos Carbonero. El equipo de trabajo recuerda el momento por que la chica se levantó, le gritó y cortó con él en público.