Comer en Lamucca de Prado a las cuatro de la tarde tras una larga mañana de exposiciones o cenar en Lamucca de Pez pasada la media noche después de una obra en el Teatro Lara, dos ideas que se convierten en el ejemplo perfecto para definir la filosofía que, desde su inicio, posee Lamucca, que cumple diez años formando parte de la ciudad de Madrid y convirtiéndose en uno de los “nuevos” clásicos de la capital (sigue leyendo..)
Planeta28, ¡muchas gracias por la reseña!